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Autor(a):

Laço Rosa

Data do Post
28/11/2017
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La actividad física disminuye el riesgo de recidiva

Mantener el cuerpo en movimiento, es bueno no sólo para ayudar en la buena forma y calidad de vida, sino también para prevenir diversas enfermedades. Entre ellas, el cáncer.

¿Pero usted sabe por qué los ejercicios tienen tanta influencia en la enfermedad?

No existe una respuesta concreta sobre eso, pero lo que todo indica, es que la práctica constante de ejercicios físicos, destaca dos puntos: en el bloqueo y reducción de la carcinogénesis del tumor, o sea, en la formación y progresión tumoral, y también en la angiogénesis, que es la proliferación de los vasos que nutren el tumor (sólo crecen en la dependencia de la formación de estos vasos). Quien explica esa relación, es la médica fisiatra Christina Brito, Coordinadora del Servicio de Rehabilitación del ICESP (Instituto del Cáncer del Estado de São Paulo), que complementa: "El ejercicio diario también reduce la inflamación del organismo, y eso es óptimo. El cáncer le gusta mucho de ambientes inflamatorios”.

Otra buena noticia es que la práctica de actividades tiene relación directa con la reducción del riesgo de recidiva (reaparición) del cáncer. Un estudio de 2005 publicado en el periódico JAMA demostró que aquellos que pasaron a caminar por al menos 30 minutos, en promedio cinco veces por semana, a la velocidad de cinco a seis kilómetros por hora -o hicieron ejercicios equivalentes-, presentaron cerca del 60% reducción del riesgo de recidiva de la enfermedad, menor mortalidad por cáncer de mama y menor probabilidad de morir por otras causas.

Se engaña quien cree que el paciente con cáncer necesita quedarse de reposo absoluto y está exento de practicar ejercicios. Si la persona tiene una capacidad funcional buena y sin enfermedad crónica asociada, los ejercicios aeróbicos son una buena pedida. "La caminata es el ejercicio más democrático que existe. La intensidad tiene que ser de mínima a moderada, o sea, caminando como si estuviera atrasado y comenzando a sudar. Pero, aun así, la persona puede bailar, pedalear, nadar ", explica la fisiatra. Pero incluso para ejercicios básicos así, es fundamental tener el aval del médico oncólogo.

¿Y cuándo NO se recomienda?
Cuando el paciente está con una anemia muy acentuada, ya que este paciente tiene deficiencia de hemoglobina, responsable de transportar el oxígeno por el organismo. Otra situación es cuando el nivel de plaquetas es muy bajo.
En situaciones en que la persona posee metástasis óseas, dependiendo de la ubicación y del tipo de dolor, el ejercicio también queda contraindicado. Sin embargo, antes se realiza un score de riesgo para fracturas. Si, por ejemplo, el paciente está con una metástasis en el miembro superior, pero hay bajo riesgo de fractura, se puede recomendar actividad con baja carga. "Pero cada caso es un caso. Por eso, es importante la evaluación de un especialista que va a indicar el mejor tratamiento a partir de la capacidad de aquel paciente, " dice la especialista.

Fuente:  http://bit.ly/2eysYoh